Al contrario de los franceses, los estadounidenses utilizaron constantemente el helicóptero, este resultó un arma formidable, y quedó demostrado en el valle de Ia Drang donde estas máquinas realizaron una fundamental misión para transportar a los hombres al centro de la batalla y extraer a los heridos. Más aún lo fue en la Operación Starlight que fue la primera prueba de fuego para los marinos. A principios de 1965 los estadounidenses pusieron en marcha la Starlight y lograron sorprender primero y arrinconar después al Vietcong en la península de Noh Nang. Una vez allí pudieron destruir a los guerrilleros con todo el armamento a su alcance: armas portátiles, artillería, aviación y artillería naval de los cruceros fondeados en el golfo de Tonkín. La victoria estadounidense resultó contundente. En la batalla de Ia Drang la misión fue encontrar al enemigo y aniquilarlo. Unos 1500 soldados norvietnamitas perdieron la vida, frente a 234 norteamericanos. Debido al recuento de cadáveres, la batalla fue declarada una victoria por el ejército estadounidense.
El éxito de la Operación Starlight y en Ia Drang, unido a lo aprendido en Corea en evacuaciones sanitarias fue la prueba de fuego para este nuevo medio de transporte y también de guerra, en palabras del propio general William Westmoreland. No sólo para salvar heridos, sino para llevar todo lo necesario a cualquier sitio por difícil que fuera e incluso atacar a tierra con ametralladoras y poco después con cohetes.
Sin embargo, en batallas más o menos convencionales, los guerrilleros vietnamitas aún tenían cartas que jugar y lo demostraron en el 51º batallón del ARVN. En una acción sorpresa, cerca del golfo de Tonkín.
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